Augasantas
El nombre de este lugar tiene que ver con una mártir gallega, Santa Mariña, que fue decapitada en el siglo II después de Cristo por negarse a los deseos de un romano llamado Olibrio. La joven fue decapitada y quemada, y cuenta la tradición que donde su cabeza rebotó brotaron fuentes de agua milagrosa.
Vale la pena conocer la Iglesia, que ha sido declarada Monumento Nacional en 1931 y también destaca la hermosa arquitectura del pueblo que fue catalogado como Conjunto Histórico en la década de los años 60.
La localidad de Santa Mariña es la imagen del típico pueblo del interior gallego con sus casas rurales con galerías y dependencias para los animales, con calles angostas. La zona está rodeada de un bosque frondoso.
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La iglesia es de estilo románico del siglo XII y está inacabada. Se compone de tres naves y falso triforio. Estas naves se separan por medio de pilares con columnas adosadas. Como curiosidad, destacamos que en el tramo medio de la nave derecha se encuentra situado el camarín donde la tradición dice que se encuentran los restos de la Santa.
En la parte superior de cada una de las naves se encuentra un rosetón que da a luz a la iglesia.
El torreón en donde se encuentra el reloj y el campanario es del siglo XVIII. Junto a la iglesia se encuentra el Pazo de Verano del Obispo, hoy casa parroquial y su aspecto actual data del siglo XVIII. En el Adro existió un cementerio cerrado en el siglo XVI.
La cabecera del templo está formada por tres ábsides que conforman un armonioso conjunto. Al igual que en la fachada principal, tres rosetones decoran la cabecera con la misma doble función que en aquella; decorar e iluminar.
El estanque en donde se mandó decapitar a la santa fue reconstruído en el siglo XIX así como la imagen pétrea de Santa Mariña.
Otra de las fuentes nacientes por la decapitación se encuentra dentro de la Capillla de Santo Tomé, situada también junto a las dependencias parroquiales.
De lo que más puede llamar la atención es la cripta.
Se puede ver un espacio en el suelo lleno de losas de piedra que posiblemente fueran lápidas. Hay también una piscina cuadrada probablemente vinculada a algún rito curativo o religioso.
Curioso es también el Museo que contiene libros del siglo XIX con diversos registros de visitas y celebraciones litúrgicas. Tallas góticas y algún objeto de los primeros siglos de nuestra era. Hay vitrinas en las que han colaborado vecinos del pueblo, como es el caso de un leño del árbol de la mártir, que guardó una mujer de la parroquia.
Detrás de la iglesia se encuentra la fuente y el lavadero.