Castros:
Poblados fortificados
Son lugares cargados de historia, que nos muestran cómo vivían nuestros antepasados durante la Edad de Hierro. Casi siempre se encuentran ubicados en zonas altas y fáciles de defender, con un importante control visual sobre el territorio que los rodeaba. Pero… cada vez que miras estas ubicaciones te das cuenta de lo fuertes que tenían que encontrarse sus pobladores, porque subir esas cuestas todos los días, sería agotador…
Estos poblados se encontraban fortificados y habitualmente su interior se dividía en barrios, con calles muchas veces empedradas para mejorar la comunicación dentro del poblado.
¿Cuántos secretos nos quedan todavía por conocer de la vida de estos pobladores? Esperemos que los arqueólogos sigan destapando más y más para conocer los secretos de los moradores de los castros gallegos.
Distancia desde este QR a diferentes castros:
-Vía de la plata:
Castro de Saceda (Cualedro, Verín, Ourense)
Castro de San Cibrán de Las (San Amaro, Ourense)
-Camino del norte o Camino Primitivo:
Castro de Viladonga (Castro de Rei, Lugo)
-Camino Portugués por la costa:
Castro de Santa Trega (A Guarda, Pontevedra)
-Camino Portugués:
Castro de Beróbriga o Donón (Monte de O Facho, Cangas, Pontevedra)
Recomendaciones:
Respeta las zonas acordonadas, valladas y protegidas y usa las pasarelas de madera y otras estructuras para conservar el lugar. Pero sobre todo no pises ni te sientes en los muros u otras estructuras, pondrás en peligro su integridad.
Ponte calzado cómodo y apropiado, pues los accesos suelen ser por terrenos de tierra o de roca.
Webs de interés:
https://www.turismo.gal/que-visitar/destacados/petroglifos-dolmens-e-castros/castros?langId=es_ES
Otros lugares de gran interés:
Castro Baroña (Porto do Son, A Coruña)
Castro de Elviña (A Coruña).
Castro da Cidade (Ribeira, A Coruña)
Castro de Candaz (Chantada, Lugo)
Castro da Torre (O Courel, Lugo)
Castromao (Celanova, Ourense)
Castro de Santomé (Ourense)
A Cidá de Borneiro (Cabana, A Coruña)
Castro de Neixón (Boiro, A Coruña)
Castro de Fazouro (Foz, Lugo)
Castro de Cervantes (Cervantes, Lugo)
Castro de Troña (Ponteareas, Pontevedra)
Más información:
Un castro es un recinto fortificado donde se asentaba una población, generalmente de época prerromana. La palabra castro proviene del latín castrum (este nombre se lo pusieron los romanos y son los que nos han llegado, pues no conservamos textos o inscripciones de esta gente que nos indiquen cómo los llamaban ellos, ya que vivían en la prehistoria), que significa «fortificación militar». Otro nombre con el que se conoce a los castros es oppidum, cuando son de gran tamaño.
Se localizan principalmente en el noroeste de la Península Ibérica, pudiendo encontrarse recintos similares en otras regiones atlánticas como el suroeste de Reino Unido. Se sitúan en lugares protegidos naturalmente (alturas, picos, pequeñas penínsulas), cerca de fuentes y terrenos cultivables y en el límite entre estos y zonas más altas de pastoreo. Esto propiciaba la visibilidad, la defensa y el dominio del contorno, así como tener a mano los recursos naturales explotados por los moradores.
Los castros estaban protegidos por terraplenes (desniveles en el terreno formados por tierra y piedra), murallas (defensas de mampostería de tipología variada, como por ejemplo, dos muros paralelos de piedras con un relleno de piedra, pudiendo subirse a ellos desde el interior mediante escaleras de madera, lajas encastradas, rampas o piedras), uno o más fosos (huecos alargados y profundos, generalmente asociadas a los parapetos, que pueden estar excavados en tierra o roca viva) y parapetos (elevaciones artificiales del terreno en los puntos más desprotegidos; entradas y zonas llanas), que bordeaban el recinto habitado, pudiendo tener torreones en los accesos.
Habitualmente cuentan con un recinto superior, la «croa», y una serie de terrazas dispuestas hacia abajo dónde se sitúan las construcciones. Cada una de estas secciones puede estar limitada a su vez por murallas o parapetos, que en ocasiones servían para aterrazar estos espacios. En ocasiones presentan una especie de añadidos, los antecastros, que también se rodeaban de murallas pero no albergan viviendas, por lo que se supone que estaban destinados a animales o huertos.
Las cubiertas de las casas se hacían de ramas reforzadas con barro y sujetas por pesos o posteriormente de tejas. A partir del siglo I y debido a la influencia romana, se hacen más abundantes las plantas cuadradas o rectangulares.
Se sospecha que algunos edificios grandes habían podido haber sido recintos de reunión o de algún otro uso social. Se tienen localizados también hornos, preferentemente próximos de las salidas o en el exterior; así como estructuras destinadas al almacenamiento de grano o cereales.
Al final del siglo I a.C. y coincidiendo con la fase final de la conquista romana, algunos presentan indicios de destrucción de las murallas, mientras en otros casos se observa una inmediata reocupación. Es en este siglo cuando aparecen agrupamientos de edificaciones («barrios»), formados por varias construcciones rodeadas por un muro con una sola abertura hacia la calle. Puede tratarse de unidades familiares, en las que una construcción sería la vivienda y las otras, silos y almacenes. Las casas no comparten paredes medianeras, sino que están separadas de las demás, no se sabe si como reflejo de la idiosincrasia de esta cultura o debido a las dificultades para hacerlo en las construcciones circulares.
Más información castros cercanos al Camino:
Castro de Saceda:
También conocido como Cidá do Castro y, aunque poco conocido, es uno de los más importantes de Galicia. Se encuentra en el valle que separa España de Portugal, al pie del Monte Larouco. Ocupado entre los siglos I a.C. y I d.C. y entre el III-IV d.C.
Es un recinto fortificado de planta ovoide de 3 hectáreas circunvalado por fosos, parapetos y hasta 3 murallas. Posee un recinto principal amurallado y unido a otros dos que también lo están. Tiene en la parte norte un foso exterior y en las caras noreste y este existen piedras hincadas para frenar el avance de caballería o infantería. Las murallas poseen puertas de acceso estratégicamente colocadas para mejorar la defensa del lugar.
En el foso que se encuentra entre las 2 murallas, podría haberse encontrado 2 torres de planta circular que conservan 2 metros de altura. El espacio existente entre la muralla exterior y la segunda muralla es tan grande que pudo haber dado protección a miles de personas y ganado. En el interior de la muralla se ven los restos de cabañas circulares.
Fue estudiado por primera vez en el 1953, y después a principios de los 80, pero todavía podría buscarse mucha más información de este increíble lugar.
Castro de San Cibrao de Las:
Situado cerca de la confluencia de los ríos Miño y Barbantiño, ofrece gran dominio sobre los valles circundantes. Poblado de forma continua desde el siglo II a.C. hasta el II d.C. y esporádicamente entre los siglos III y IV d.C., presenta un recinto de gran tamaño, comparable sólo con algunos de los oppidum del Norte de Portugal o el de Santa Trega. Presenta una importante ocupación durante el s. I d.C., con claras muestras de romanización.
Ocupa una superficie de 10 hectáreas y posee al menos dos recintos amurallados, el superior o croa y el inferior, donde se localiza el asentamiento. Ambos recintos están comunicados por una calle central empedrada y protegidos por varias líneas de murallas. Las puertas de la croa estaban defendidas por torreones, presentando la puerta Este dos de ellos. En la anteacrópolis se sitúan otras dos murallas que poseen tres entradas y en cuyo interior se sitúan algunos de los barrios, con calles perpendiculares entre sí, muchas de ellas enlosadas o pavimentadas.
En su interior se descubrió una curiosa inscripción dedicada a Zeus (IOVI) y en su exterior una fuente-aljibe, suponiéndose asimismo la existencia de una sauna castreña.
Estudiado por primera vez en los años 20, las excavaciones continuaron durante la década de los 40 abandonándose posteriormente y sufriendo un importante espolio, pudiendo localizarse restos del oppidum en diversas poblaciones del entorno. Los trabajos se retoman a partir de los años 80, excavando nuevas zonas y consolidando los restos anteriormente descubiertos, constituyéndose en 2014 como Parque Arqueolóxico, centro de interpretación de la cultura castreña.
Castro de Viladonga:
Ocupado entre los siglos II a.C. y V d.C., destaca en la planicie da Terra Chá luguesa, con una superficie de 4 hectáreas e importantes estructuras defensivas. Presenta varias murallas y al menos tres fosos, así como dos antecastros amurallados aún sin excavar.
La mayor parte de las estructuras están construidas en pizarra y esquistos. Se distribuían en barrios y podrían haber llegado a vivir en su interior en torno a 350 personas. Gracias a los restos localizados, se calcula que los habitantes de este castro podrían haber desempeñado oficios especializados (alfarería, fundiciones, etc.) además de ganadería y agricultura.
Las primeras excavaciones datan del 1972 y periódicamente se ha seguido excavando y consolidando. En 1983 se crea el museo del Castro de Viladonga, ubicado al lado del yacimiento, donde se exponen parte de las piezas descubiertas en este castro.
Santa Trega, A Guarda:
Es sin duda el castro más conocido de Galicia, principalmente por sus impresionantes dimensiones y fabulosos paisajes, dominando la desembocadura del Río Miño, que hace aquí de frontera natural entre España y Portugal.
Fue poblado desde el siglo II a.C. hasta al menos el I d.C. y su estratégico emplazamiento permitió a sus pobladores controlar el tráfico marítimo Atlántico yel tráfico fluvial del Río Miño, así como dominar un espacio difícilmente accesible y fácilmente defendibleen caso de ataque. En el castro aparecen grabados rupestres de la Edad del Bronce, por lo que probablemente este lugar habría sido poblado con anterioridad a la construcción del castro.
La presencia de materiales importados nos habla de relaciones comerciales marítimas con el Mediterráneo y resto del Atlántico europeo, situándose su época de máximo esplendor entre los siglos II-I a.C.
Para acceder a la zona habitable se cruzaba una muralla que poseía dos entradas. Las casas estaban distribuidas en barrios, con calles adoquinadas, sistemas de evacuación de aguas pluviales o depósitos de recogida. También se ha demostrado que las casas estaban pintadas de rojo, azul y blanco por restos de enlucidos encontrados en el yacimiento. Muchas poseían una rica decoración de motivos geométricos en las puertas, como labras en forma de trisqueles o esvásticas.
Las primeras excavaciones en este lugar se realizaron en 1913, al aparecer restos de estructuras durante la realización de una pista forestal, continuándose los trabajos hasta finales de los años 80. Catalogado como Monumento Histórico-Artístico en el 1931, actualmente pueden visitarse en el castro dos cabañas reconstruidas, así como un pequeño museo que alberga parte de los materiales descubiertos en el lugar.
Castro de Monte Facho de Donón:
Uno de los emplazamientos humanos más increíbles de la geografía gallega gracias a su espectacular paisaje. El castro un amplio periodo de uso: desde el siglo IX a.C. hasta el IV d.C., abandonándose temporalmente entre los s. I y III d.C.
Presenta construcciones de planta circular, oval y rectangular, que marcan la última ocupación del castro. Además de muchos otros restos, se han encontrado una importante colección de aras romanas ofrecidas por los fieles al Dios galaico Berobreo. Una teoría dice que éste sería un dios de los muertos y los devotos que se habrían salvado de la misma traían hasta aquí las aras.
El lugar es visitado por mucha gente debido a las increíbles vistas del lugar. Por esta misma razón, en la parte alta se puede observar un puesto de vigilancia militar de planta circular y cubierta en cúpula, que se usó en época moderna para controlar las zonas marítimas.