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Ensenada de San Simón

Ensenada de San Simón: Aves y paisaje

Un lugar para detenerte, lleno de vida que confluye entre las aguas saladas del Océano Atlántico y las dulces de los ríos Verdugo (y Oitavén) Alvedosa y otros riachuleos que confluyen en este lugar, aportando limo que sedimenta en este lugar y genera llanuras intermareales para propiciar la vida de numerosas especies.

Los bivalvos y gusanos que se asientan en estas arenas suponen alimento para gran cantidad de aves residentes y migratorias que encuentran aquí su lugar ideal. Por ello la ensenada de San Simón se incluye en la Red Natura 2000.

Una especie de lago gigante que se abre en la Ría de Vigo tras cruzar el estrecho de Rande que posee una distancia entre costas de 750 metros, donde se encuentra actualmente el puente de su mismo nombre.

¡Fíjate en la cantidad de vida que puedes observar en este lugar!

Distancia desde Redondela a Ensenada de San Simón:

1.5 kms

20′ caminando

Recomendaciones:

Observa la fauna y la flora de este lugar único

No te pierdas la Isla de San Simón

Lugares  cercanos:

Museo Meirande (Centro de Interpretación de la Batalla de Rande): 4  Kms, 45 minutos

Isla de San Simón (necesario barco o kayak)

O Viso (Monte da Peneda)

QRs  cercanos:

Isla de San Simón

Redondela

Arcade

Más información en:

Oficina de Turismo (Redondela)

Webs de interés:

http://redondela.gal/

https://turismoriasbaixas.com/gl/recursopan1?content=280381850

https://www.turismo.gal/recurso/-/detalle/16802/enseada-de-san-simon?langId=es_ES&tp=1&ctre=9

Más información:

La ensenada de San Simón ha ofrecido desde antaño, abrigo para barcos, ya que sus bajos fondos fangosos y blandos eran perfectos para el apoyo de cascos cuya flotabilidad estuviese en peligro. La distancia a mar abierto y el abrigo de las montañas circundantes ofrecen protección de todos los peligros.

En 1702 fue campo de batalla de una de las más importantes navales de la historia: la batalla de Rande. Esto dejó numerosas leyendas e historias sobre tesoros hundidos escondidos bajo sus aguas en los galeones.

Julio Verne, encandilado con estas historias, hizo que el capitán del submarino Nautilus, Nemo, hiciera parada en este lugar para que sus buzos sacaran los famosos tesoros de la batalla de Rande. Quedando así reflejado en el libro 20.000 leguas de viaje submarino, esta historia recorrió los 5 continentes del mundo y esta ensenada fue nombrada en los mismos.

Asombrosa en su totalidad, parece dibujada en un cuento. Sus casi ocho kilómetros de longitud por cuatro de anchura, posee en las zonas centrales dos islas (San Simón y San Antonio) y dos roquedos pertenecientes al mismo archipiélago (As Corveiras y Pena Branca). En sus zonas más dulces, hacia Vilaboa, aparecen otras dos islas que en marea baja quedan unidas a tierra. Y en la zona más cercana al estrecho de Rande, donde las aguas del Océano Atlántico todavía poseen gran cantidad de nutrientes, aparecen flotando varios polígonos de bateas, lugares de cultivo de mejillón.

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