WildGalicia

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Isla de San Simón

Isla de San Simón:
Mil historias que contarte

Si hay algún lugar que haya marcado el devenir de la historia de todos los pueblos de la Ría de Vigo, ese es la Isla de San Simón.

Su aparente pequeño tamaño la hace pasar desapercibida ante aquellos que sólo caminan, pero en su interior hay miles de secretos que han marcado la historia en diferentes épocas.

Monasterio para diferentes órdenes monásticas (benedictinos, franciscanos, pascualinos e incluso… templarios!), acosada por piratas como Francis Drake, primer lazareto (también llamado leprosería) de la fachada atlántica y durante casi 100 años, campo de concentración para presos políticos en la guerra civil, albergue nacional para la guardia de Franco u orfanato (Hogar de Méndez Núñez). Y todo lo que ello ha conllevado a mayores… una bomba de historia cargada en un bosquete flotante. No te la puedes perder!

Distancia desde Redondela a Isla de San Simón:

1.5 kms + barco/kayak (necesaria autorización de acceso)

20′ caminando + barco/kayak

Recomendaciones:

Reserva con antelación, dado que no siempre existe disponibilidad para ir hasta la isla (dependiendo temporada y fin de semana), y la solicitud de acceso tarda un par de días.

Dedícale mínimo una hora y media a la isla y, no lo dudes, busca un buen guía, hará que la diferencia sea… ENORME!

Lugares  cercanos:

Museo Meirande (Centro de Interpretación de la Batalla de Rande): 4 Kms (45 minutos)

Redondela

Ensenada de San Simón

Espacio natural de Soutoxuste

QRs  cercanos:

Ensenada de San Simón

Redondela

Arcade

Espacio Natural de Soutoxuste

Más información en:

Oficina de Turismo (Redondela)

La isla de San Simón aparece documentada con asentamiento humano por primera vez en el siglo XII, cuando se confirma la existencia de un monasterio fundado por la Orden del Temple. Como si de una leyenda o de un mito se tratase, los Templarios pasearon por esta isla comenzando una de las primeras etapas de esta isla: la época monástica. Pasaron otras órdenes después de ellos, como benedictinos, franciscanos y pascualinos.

La desprotección y el paso de corsarios por la ría, los hizo abandonar la isla y no quedan restos visibles en esta isla que recuerden esta época. Únicamente el monumento a los trovadores, 3 que en cuestión nombraron la isla de San Simón en sus cantigas.

La primera gran etapa de la isla, donde se edifica y construye la mayoría de los edificios actuales, comienza cuando el comercio comienza a traer problemas relacionados con enfermedades contagiosas (en su mayoría cólera, fiebre amarilla y otras) que podían suponer plagas y epidemias tras el contacto con otras tierras.

De ahí nace la necesidad de crear el primer lazareto de la fachada atlántica (después del de Mahón, Baleares en el Mar Mediterráneo). Se lo disputan la isla de Tambo, las Islas Sisargas y San Simón, ganado finalmente esta última.

En el 1839 comienza la época del lazareto, cuando se construyen los edificios (comedor, alojamientos, enfermería,…) y la gran obra que marcará San Simón: el puente hasta la isla vecina San Antonio (tan cercana que en marea baja se pasa caminando), comenzando ésta a ser utilizada como lazareto sucio (a donde acuden los realmente enfermos) y quedando San Simón como lugar de cuarentena.

Con todas las historias que ello conlleva, pasan casi 100 años y el lazareto cierra en 1927, quedando abandonado y planteándose para el archipiélago varias opciones de uso.

En 1936 estalla la Guerra Civil y la isla es reutilizada como campo de concentración para presos políticos. Los edificios tienen nuevos usos y algunos son echados abajo y su piedra reutilizada en la propia isla y en la contorna.

Numerosos hechos sucedieron en este lugar en esta etapa de la isla, donde miles de personas conocieron estas islas y cuyas historias están recogidas en diarios y cartas.

Una vez finalizada esta etapa, en 1948 abre sus puertas de nuevo como albergue Nacional para la guardia de Franco. Su segundo año de funcionamiento (1950) sucede el naufragio de “A monchita”, una embarcación que llevaba a los usuarios de la isla hasta la playa de Cesantes. La barca zozobra y vuelca, falleciendo 43 pasajeros. 7 de los que mantuvieron sus vidas lo hicieron por una joven que, tras observar el naufragio, coge la embarcación del padre y rema hasta el lugar para ofrecer ayuda. En 1958 se establecerá un Cruceiro en el islote de As Corveiras en honor al mismo.

Tras la tragedia, el albergue cierra sus puertas, pero vuelven a abrir años después como Hogar de Méndez Núñez, orfanato para hijos de marineros.

Tras el abandono final de la isla, ocurren múltiples visitas a la isla. Unos a disfrutar (por ejemplo a asar sardinas con la familia, al igual que lo hizo el abuelo de quien escribe estas líneas), otros con finalidades más conflictivas: destrozar, robar y romper. El vandalismo provocó numerosas pérdidas y la isla quedó abandonada y destrozada, hasta el 1997, cuando la Xunta recoge la isla y la rehabilita de mano de César Portela para su uso cultural.

Todo esto y mucho más te espera en esta isla. ¿Aún te planteas acercarte a descubrirla?

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