WildGalicia

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Salinas de Ulló

Salinas do Ulló:

Aves y usos tradicionales

La sal, ¡qué bien más preciado! Estás ante una de las salinas mejor conservadas de Galicia.

Actualmente un paseo de melancolía, donde se alimentan aves limícolas, donde el agua se estanca y donde al acceder a sus bosques creerás haber regresado atrás en el tiempo.

Construcciones abandonadas evocan unas épocas diferentes, unos usos del medio diferentes y unas personalidades diferentes.

Distancia desde este QR a Salinas do Ulló:

2.4 km

30 minutos andando

Recomendaciones:

Prepara tus primáticos! Disfruta de un entorno lleno de aves limícolas y paseriformes que harán de tu paseo un sinfín de sentimientos

No ofrezcas pan a los cisnes. Disfruta de ellos, pero recuerda que alimentarlos es un error y que ensucias su zona de vida.

Visita la zona abandonada de A Granxa, siguiendo el paseo.

QRs  cercanos:

Pontesampaio

Pontevedra

Webs de interés:

http://www.vilaboa.org/salinas_cast.html

Más información:

La sal era necesaria para la conservación de los alimentos, por lo que quien tuviera sal, tendría posibilidad de comercio. Su extracción es conocida desde la época romana (producción de sal y fábricas de salazón),y llegó a ser tan importante que pasó a ser regulado por el gobierno durante la Edad Media por los importantes ingresos que generaba.

Aquí encontraréis uno de los ejemplos de salinas mejor conservadas de Galicia. Gracias a la construcción de diques de cantería con canales para el control del agua y su posterior secado se conseguía el tan preciado oro blanco.

Los primeros indicios de su existencia se remontan al siglo XVII, cuando estaban vinculadas al monasterio de Poio. En el s. XVII Antonio Mosquera Villar y Pimentel solicita al administrador del estanco de sal de Galicia permiso para recuperar estas abandonadas salinas y se convierte en el administrador general de las Salinas del Reino de Galicia, además de ser patrono del recién creado Colegio de Jesuitas de Pontevedra, lo que aprovechó para conseguir la cesión a los jesuítas de los terrenos situados en este lugar para que construyesen unas salinas en 1693.

Fueron creadas tres salinas en la zona: las Salinas de Ulló de Abaixo en Larache, las de San Ignacio y las de La Cruz en Portomuiños en Vilaboa y se recuperaron las de San José de Ulló en Gordenla, que estuvieron activas y con producción hasta  mediados del s. XVIII.

A mediados del siglo XIX, D. Juan de Arana y su hijo, compran la mayoría de los terrenos de las antiguas salinas para crear una importante explotación agraria. Dada la necesidad de ubicar en las inmediaciones diferentes edificios para uso de los caseros, se reconstruyen y amplían varias viviendas existentes, el alfolí y el taller de elaboración de sal (construido por los jesuitas). Actualmente llamadas “A Granxa das salinas”, se encuentran abandonadas, atrapadas entre densa vegetación que le da aspecto de época, pareciendo que ha sido ayer cuando los caseros de la Granja regresaban a casas después de un día frío de invierno.

El dique conocido como “Banca de Casó”, es el dique principal de las Salinas, y debe su nombre a que fue cedido al arquitecto Felipe Auguste Cazaux (constructor del viaducto de Redondela en 1876 y del puente internacional de Tui en 1885). También construyó un molino de mareas sobre la estructura del dique, siendo uno de los pocos molinos de mareas existentes en Galicia y que además ¡aprovechaba la fuerza de subida de marea y la de bajada!

Un lugar cada vez más transitado y conocido, que resistió grandes años de olvidos hasta su puesta en valor en el año 2006.

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