Catedral de Santa María de Tui:
Más que un templo
Tienes ante tus ojos, el monumento más importante de la villa de Tui.
Un conjunto que comienza su construcción en el siglo XII aunque más tarde se le añadirán elementos góticos.
Su aspecto recuerda a una fortificación, sobre todo por sus torres almenadas
Destaca su portada principal cubierta por un precioso pórtico de arcos apuntados de estilo gótico.
En el otro lateral de la Catedral, tenemos la portada Norte donde vemos un buen ejemplo de arte románico.
En su interior no debes perderte el Claustro así como la Capilla de las Reliquias .No te vayas de la Catedral sin subir a las cubiertas y disfrutar de unas vistas impresionantes hacia el Río Miño y la localidad vecina de Valença de Minho.
La parte alta de la sierra muestra las duras condiciones de vivir en una atalaya, controlando el Valle del Río Miño. Y los ríos erosionan y llenan de vida sus laderas en las partes bajas.
Recomendaciones:
Pregunta en la oficina de información por las visitas guiadas
Visita el Claustro
Visita la Capilla de las Reliquias
Sube a las cubiertas para asombrarte con sus vistas
QRs cercanos:
Más información en:
Webs de interés:
https://www.riasbaixas.info/tui.html
Más información:
Debemos buscar los antecedentes de esta magna construcción en la primitiva basílica paleocristiana de los siglos V-VI, en tiempos del Reino Suevo, si bien los registros arqueológicos advierten una ocupación del espacio ininterrumpida desde tiempos prerromanos. De nombre Castellum Tyde, la ciudad era cabeza de la comarca de los Grovios, perteneciente al Conventus Bracarensis; en los siglos siguientes se convirtió en un centro de especial relevancia, punto clave para el comercio y sede de monarcas y poderosos nobles, desarrollándose principalmente una intensa actividad comercial en su puerto hacia el siglo XV. E incluso, se documenta de forma fehaciente la presencia de dos sinagogas de la importante colonia judía durante la Edad Media.
El edificio catedralicio actual comenzó a tomar forma a lo largo del siglo XII tras los convulsos períodos de invasiones sarracenas y normandas cuando la ciudad es erigida nuevamente como sede episcopal. Es entonces cuando los obispos, con el apoyo de reyes y nobles, impulsan la construcción del templo consiguiendo para este fin numerosos privilegios y concesiones. La presencia de murallas y fortificaciones denotan el carácter defensivo de la ciudad, dada su importancia estratégica como cruce y confluencia de caminos.